Diciembre 2017
$706,31
(Noviembre 2017)
CANASTA FAMILIAR
0.01%
(agosto 2017)
ÍNDICE DE PRECIOS AL CONSUMIDOR
0.31%
(Noviembre 2017)
ÍNDICE DE PRECIOS AL PRODUCTOR
0.33%
(Febrero 2016)
ÍNDICE DE VOLUMEN INDUSTRIAL IVI
-0.38%
(Noviembre 2017)
INFLACIÓN ACUMULADA
-0.09%
(Octubre 2017)
INFLACIÓN ANUAL
-0.14%
(Octubre 2017)
INFLACIÓN MENSUAL
$57,47/Barril
(Diciembre 2017)
PRECIO BARRIL PETROLEO WTI
$72,15 la libra
(Marzo 2018)
PRECIOS FUTUROS ALAGODÓN
496
(Diciembre 2017)
RIESGO PAÍS
4.10%
(Septiembre 2017)
TASA DE DESEMPLEO
21%
(Marzo 2017)
TASA DE SUBEMPLEO
7.83%
(Diciembre 2017)
TASA INTERÉS ACTIVA
4.95%
(Diciembre 2017)
TASA INTERÉS PASIVA
Historia y Actualidad

Los inicios de la industria textil y confección ecuatoriana se remontan a la época de la colonia, cuando la lana de oveja era utilizada en los obrajes donde se fabricaban los tejidos. Posteriormente, las primeras industrias que aparecieron se dedicaron al procesamiento de la lana, hasta que a inicios del siglo XX se introduce el algodón, siendo la década de 1950 cuando se consolida la utilización de esta fibra. Hoy por hoy, la industria textil y confección ecuatoriana fabrica productos provenientes de todo tipo de fibras, siendo las más utilizadas el ya mencionado algodón, el poliéster, el nylon, los acrílicos, la lana y la seda.

A lo largo del tiempo, las diversas empresas dedicadas a la actividad textil y confección ubicaron sus instalaciones en diferentes ciudades del país. Sin embargo, las provincias con mayor número de industrias dedicadas a la actividad textil y confección son: Pichincha (53% del total), Tungurahua (21% del total), Guayas (14% del total) e Imbabura (5% del total). (Datos BCE 2020).

La diversificación en el sector ha permitido que se fabrique un sinnúmero de productos textiles y de confección en el Ecuador, siendo los hilados y los tejidos los principales en volumen de producción. No obstante, cada vez es mayor la producción de confecciones textiles, tanto de prendas de vestir como de textiles de hogar.

En la actualidad, pese a los vaivenes económicos, políticos y sociales, la industria de textil y confección se mantiene como uno de los pilares de la economía nacional, y su contribución es significativa tanto en materia de empleo como en aporte al Producto Interno Bruto (PIB): al 2022, representó el 5,5% del PIB manufacturero; además, el sector textil y confección aportó con el 27,4% del empleo en el sector manufacturero.

El sector textil y confección ecuatoriano ha sido un generador constante de empleo, al 2022, el total de plazas directas de empleo bordeó las 172 mil, la gran mayoría de estos son ocupados por mujeres, muchas de las cuales son cabezas de hogar, lo que resalta la importancia social y económica de la industria textil, confección y moda.

El restablecimiento pospandemia ha sido algo pausado, y todavía seguimos caminando hacia la recuperación e incluso mejora de las cifras antes de 2020 en ventas, empleo, exportaciones y otros rubros. Antes de la pandemia, el total de ventas bordeó los USD 1.498 millones, y, hasta 2023, las ventas alcanzaron los USD 1.447 millones, las exportaciones, en cambio, bordearon los USD 97 millones.

El 2023 presentó desafíos significativos para el sector, sin embargo, también puso sobre la mesa nuevas oportunidades para el crecimiento a través de la diferenciación de productos y la implementación de prácticas sostenibles. La promoción del comercio justo y la producción responsable no solo contribuyen al desarrollo del sector, sino que también responden a las demandas de un consumidor cada vez más consciente y exigente.

Con la Mira

Puesta en el Exterior

Por regla general, las empresas textiles y de confección ecuatorianas concentraron la mayor parte de sus ventas en el mercado local, aunque siempre ha existido vocación exportadora. A partir de la década de los 90, las exportaciones textiles y de confección fueron incrementándose, salvo por algunas caídas en los años 1998 y 1999.

En el año 2000, momento en el que Ecuador adoptó la dolarización, se produce un incremento de las exportaciones del 8,14% con relación a las de 1999, lo que marca una tendencia que empezó a ser normal durante algo más de la primera década de este milenio; en el año 2013 se llega al record histórico de exportaciones textiles, superando los 114 millones de dólares.

No obstante, en los últimos dos años se ha producido una drástica caída de las ventas en los mercados externos, especialmente las dirigidas a Colombia y Estados Unidos. Las exportaciones del sector textil y confección no se recuperan tras la pandemia por COVID-19, registrando 98 millones de dólares en 2023, una disminución del 5,4% respecto a 2019.

La disminución en la participación porcentual de las exportaciones textiles y de confecciones en los últimos años es indicativa de la sensibilidad de esta industria a las condiciones del mercado global y a la competencia internacional.

Conscientes que el desarrollo del sector está directamente relacionado con las exportaciones, los industriales textiles y de confecciones han invertido en la adquisición de nueva maquinaria que les permita ser más competitivos frente a una economía globalizada. Así mismo, las empresas invierten en programas de capacitación para el personal de las plantas, con el afán de incrementar los niveles de eficiencia y productividad; la intención es mejorar los índices de producción actuales, e innovar en la creación de nuevos productos que satisfagan la demanda internacional.

Lógicamente este esfuerzo para ser competitivos debe ser compartido. El requerimiento de la industria es que el costo país disminuya hasta llegar, al menos, a los niveles de la región, especialmente en lo que respecta al costo laboral, de energía eléctrica, las tarifas en combustibles y los fletes del transporte de carga, que son algunos de los principales rubros que disminuyen la competitividad de la industria textil y confección. Así mismo, se requiere un régimen laboral flexible y una Aduana que facilite el comercio exterior, que erradique el contrabando y que sea incorruptible.

Otro factor fundamental para seguir creciendo nuestra participación en el mercado externo, es que el gobierno de turno negocie acuerdos comerciales con los países que demandan nuestra producción y que ofertan lo que requerimos. Entre los países o bloques económicos más importantes para el sector textil y de confección se encuentran: Estados Unidos, la Unión Europea, Países de Centro América y Canadá; por tanto, consideramos que el Ecuador debe procurar acuerdos con estas naciones que garanticen a largo plazo un acceso preferencial para nuestros productos a sus mercados, enmarcados en una normativa clara que genere un ambiente de certidumbre para los negocios y las inversiones.

Nuestra intención es fortalecer los lazos comerciales con los países Andinos, y también ampliar nuestras exportaciones a otras latitudes. Queremos poco a poco llegar a más países latinoamericanos y europeos. Todo esto contribuirá con el objetivo principal de nuestro sector que es crecer y generar empleo pleno para los ecuatorianos.

ACCIONES:

La Asociación de Industriales Textiles del Ecuador (AITE), tiene el compromiso de trabajar por el sector textil y confección, y con objetivo de impulsar el crecimiento y desarrollo del sector, es necesario acciones preventivas conjuntas con las autoridades competentes tales como:

• Resguardo de la permanencia de los aranceles mixtos a textiles y prendas de vestir, los cuales han desempeñado un papel fundamental en el apoyo al fortalecimiento y consolidación de la producción nacional, y cumplen con la función de regular el ingreso de mercancías al territorio y evitar posibles prácticas desleales de comercio.

• Trabajo público-privado para la aplicación de mecanismos “anti contrabando”, tal es el caso de la aplicación de la medida de “Umbrales”, en beneficio del sector productivo.

• Controles en fronteras y controles posteriores.

• Utilizar medios digitales para mejorar la trazabilidad de productos entre países.

• Entre otros.

CONTRABANDO

El comportamiento creciente en las importaciones, sumado a la preocupación del sector productivo relacionada al comercio ilícito, derivado de prácticas de contrabando en frontera, subfacturación y desvío técnico, entre otros factores, estaría causando un impacto negativo en el sector y el comercio lícito, al tener que enfrentar distorsiones en los precios y competir en condiciones desleales.

Las cifras de contrabando textil en América Latina son difíciles de estimar con precisión. Sin embargo, el contrabando textil es un problema importante en la región, que afecta a la industria local y a los consumidores. Según la Asociación Latinoamericana de Industrias Textiles y del Vestido (ALTEX), al 2022, el contrabando representa entre el 50% y el 60% del mercado textil y de confección en la región. Por país, según la Cámara Nacional de la Industria Textil (CANATEX) el contrabando representa en Colombia el 50% y en Brasil el 40%.

De los análisis realizados por la AITE, las importaciones de textiles y confecciones que no se realizan conforme la normativa nacional e internacional (subfacturación, desvío técnico, importaciones spot.), representaron de enero a julio de 2023, alrededor del 63% en términos de volumen y el 20,6% en valor.

El diferencial de precio entre los bienes producidos por la industria nacional o importados formalmente versus aquellos que ingresan por la vía del contrabando es actualmente significativo. Tal es el caso de los tejidos, por ejemplo, se tiene que el precio implícito del total de la partida es de USD 5,32 (FOB/Kg), pero también en la misma partida.


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